Después de las vacaciones de verano siempre llega ese momento de volver a la rutina, de empezar una nueva temporada.
Nunca me olvidaré de poner la tele y escuchar la canción del anuncio de El Corte Inglés, que decía:
"Volver a empezar
otra vez,
volver a estrenar
zapatos y libros,
volver a encontrar
los viejos amigos
zapatos y libros,
volver a encontrar
los viejos amigos
y juntos volver
a empezar".
a empezar".
Esa emoción de estrenar la mochila y el estuche llenito de rotuladores, lápices de colores, bolígrafos, y sin olvidarnos de la escuadra y cartabón. Hacen de ese momento, algo mágico.
Luego siempre quedaba esa intriga de quién sería el nuevo que llegaba al colegio o instituto. Una persona que llamaba la atención de toda la clase, siendo la novedad lo que le hacía atractiva.
Pero eso no quedaba ahí, ¿quién sería tu tutor este año?, gran incognita que se resolvía el primer día según entrabas por la puerta de tu nueva clase.
Según te vas haciendo mayor, esas pequeñas cosas te van importando menos, lo único que te importa serán los profesores que vas a tener ese año y si ya vas a poder salir a la calle, en vez de quedarte en el patio durante el recreo.
Pero lo mejor no es eso, lo mejor es que siempre quedarán esos recuerdos de volver a encontrarte con los amigos de siempre, y volver a empezar una vez más, ese suplicio de estudiar.
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