Momentos de inspiración

Me levanto, me pego una relajante ducha y de fondo escucho el ruido de la cafetera. Un fuerte aroma llega hasta mi habitación, un café caliente entre mis manos y unas tostadas con mermeladas de colores, digo sabores: melocotón, frambuesa incluso kiwi. Música chillout y me pongo a escribir frente el ordenador con un sol reluciente de fondo. 



A veces el síndrome de la página en blanco aparece y la inspiración brilla por su ausencia. Pero cuando aparece ese momento lúcido, que no puedes parar de escribir, resulta que ya llevas una hoja y media y te das cuenta que ese post que escribiste es demasiado largo como para ponerlo todo. Piensas que tendrás que dividirlo, porque sino eso va a ser infumable.
 
A veces escribo por escirbir y otras veces me tiro mañanas enteras descubriendo el origen de las cosas, de dónde procedemos, de dónde nos inspiramos. Cuando llegas al final y ves ese gran trabajo, tan bien hecho, no paras de sonreír, quieres publicar ya y ver las primeras reacciones a tus momentos de reflexión.

Sin duda, lo mejor de este proceso son los consejos y los halagos que te ayudan a mejorar en tu trabajo.

Alex Bristol

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