Una Gran Sorpresa en la cena de Navidad

Tras un año intenso conviviendo con mis compañeros de Máster donde hemos pasado grandes momentos,  nos hemos divertido como nadie y hemos sufrido como el que más. Llegó la típica cena de Navidad a la que acudimos los pocos que quedabamos en Madrid en estas fechas tan especiales.

Como no podía ser de otra manera, al ser un grupo internacional, la cena tenía que ser internacional. Decidimos ir a cenar a un restaurante peruano para saborear la gastronomía del país de Majito. Hasta ese momento todo bien, pero lo mejor todavía estaba por llegar.

Salí de casa justo de tiempo, como siempre, y llegué al restaurante un poco tarde. Llamé a Majo y me dijo que estaba dentro, cuando entré descubrí que no estaba sola.

Una sorpresa que jamás olvidaré. Allí estaba acompañada de Andrea recién llegada de Colombia, embarazada de 7 meses. Después de seis meses sin vernos, la emoción del momento te puede y la cara de atontado que se te queda al recibir esa sorpresa hace que toda la gente del restaurante se te quede mirando.

Un poco más tarde llegó el resto del grupo y su sorpresa fue aún mayor que la mía. Cuando coges tanto cariño a gente que ha convivido contigo tanto tiempo durante este último año, este tipo de cosas suele pasar.

Tras unas cuántas anécdotas del viaje de Andrea, la comida llegó a la mesa dónde pude probar el Cebiche de pescado, la Jalea Imperial o el Tacu Tacu con Lomo salteado acompañado de una Cusqueña, la cerveza típica de Perú. 





No pudimos resistirnos a los increíbles postres peruanos: una Torta Tres Leches o una Tarta de limón entre otras tartas peruanas fueron las protagonistas del momento más goloso de la noche.

Tanto la comida como el servicio del resturante peruano Mis Tradiciones estuvo increíble. Seguro que volveré muy pronto para seguir degustando la verdadera cocina peruana.

Aquella noche pasará a la historia por todo lo que ocurrió entre esas 4 paredes. 

¡Feliz Navidad!



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